El proyecto se ha desarrollado en Bolivia, en la Primera Provincia Avilés del Departamento de Tarija, en el área rural, con el apoyo de la Alcaldía de Uriondo.

Entre los objetivos está el de   beneficiar a las   mujeres pequeñas productoras, con la creación de 7 micro-empresas dirigidas por y para mujeres del área rural ,en la producción de hortalizas, introducción tecnología apropiada (sistema de riego a goteo bajo invernadero). Además de posibilitar la constitución legal como Micro-Empresa a fin que puedan acogerse a beneficios que la Ley 1551 de Bolivia otorga a los Microempresas. Se les proporcionó formación y asistencia adecuada al manejo de las mismas: desde la identificación de costos, ingresos, administración, presentación de producto, manejo de mercadeo y provisión de insumos, entre otros aspectos.

El proyecto buscaba romper con la discriminación a la cual son sometidas las mujeres, en razón que la capacitación productiva no llega a este importante sector, que si bien participa en el proceso de producción familiar sin embargo no es reconocido, por otro lado busca romper el círculo de pobreza al cual está sometida la mujer rural, generándole una fuente de ingresos sostenible, y viable a medio-largo plazo.

El proyecto aunque   en una primera fase pequeño, contó con la colaboracion de Ayuntamiento de Donostia -San   Sebastian, Berdintasun eta Lankidetza Atala Sección de Igualdad y Cooperación.

En las   comunidades pobres como la que trabajamos, las mujeres y hombres por igual   suelen estar   en desventaja, aunque por la falta de educacion o permanencia en la escolarizacion,   formas de ganar y buscar y sustento, la responsabilidad para con los hijos/as, la falta de conocimiento   especializado o falta de uso y disfrute de la tierra y bienes, es en   general el género   femenino el que se encuentra en   situación de discriminacion   en el acceso y control de los recursos.

Existen   estudios que   demuestran que el acceso de las mujeres a la educación, a los recursos de la tierra , a la propia tenencia de tierra, y aprendizaje tecnológico tienen un   efecto positivo en la vida y supervivencia de sus hijos, mucho mas que los mismos recursos puestos en manos de los hombres (Smith y otros, 2003; Quisumbing, 2003)

Para asegurar resultados equitativos en función del género es esencial que mujeres y hombres estén en condiciones de combinar el trabajo remunerado y el no remunerado y la distribución equitativa de las oportunidades de trabajo remunerado con las responsabilidades del no remunerado (Berik y otros, 2009).

La tierra y otros recursos   naturales son esenciales en la   supervivencia de las comunidades rurales, hombres y mujeres necesitan de ayudas en la producción, acceso a insumos, productos forestales, y agua. Aunque relativamente pocos países tienen datos completos sobre la medida de la desigualdad entre la mujer y el hombre en el acceso a los recursos de la tierra, encuestas y estudios en pequeña escala realizados en muchas partes del mundo indican que la desigualdad por razón del género es  considerables.

Bajo estas   cuestiones se   detectó   con las   comunidades rurales de   mujeres y ahora de hombres, la necesidad de trabajar el empoderamiento a través de que las   mujeres se unieran, y cultivaran en pequeños invernaderos

 aquellas hortalizas que además de significar un sustento propio de consumo, también les reportaran beneficios a medio plazo.

El proyecto fue evaluado entre Diciembre del 2010 y Enero del 2011 con notable   éxito por los resultados   conseguidos, no solo en lo que   representa al asociacionismo  femenino, sino también al tipo de cultivos, al refuerzo positivo en las capacidades de las mujeres y a la implicación   de los hombres   que han ayudado   a sus mujeres e hijas en todo el proceso. Dejándoles que sean estas ultimas las que lideren el éxito de la 1º fase   y   la consecución de pequeñas microempresas de   hortalizas.

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